El western: un género eterno
De entre todos los géneros cinematográficos el western es posiblemente uno de los más genuinos, quizá por no estar tan ligado a otras artes, especialmente a la literatura, como otros géneros. Se trata además del primer género cinematográfico estadounidense, su huella ha pervivido en otros géneros: desde el cine negro, las películas de acción o incluso la ciencia ficción… Se trata de ciertas actitudes de sus personajes, de ciertas temáticas muy enraizadas en el subconsciente colectivo como el ansia de justicia llevada a extremos delirantes, la camaradería entre hombres, la amistad (ya sea correspondida o traicionada) , el sentido del honor que constituye la vertiente más épica del género, bien sea desde el ensalzamiento de figuras mítica o desde la más pura desmitificación, las ansias de venganza, la codicia, la disputa entre dos hombres por el amor de una mujer… el racismo, la lucha a muerte entre razas…
El western es un género que
tiene unas coordenadas históricas muy específicas, mediado del siglo XIX
y principios del siglo XX, aunque hay westerns considerados como “modernos” que
sitúan su acción bien entrado el siglo XX . Así, la impronta realista
pervive en buena parte de los grandes películas del género, a pesar de
que muchos de ellos están inspirados(a veces muy libremente) en
personajes históricos, o en hechos u episodios de la historia
estadounidense. algunos de estas figuras legendarias: Billy el Niño, Jesse James, el general Custer, Buffalo Bill, Gerónimo, Wyatt Earp…ha
sido estilizadas y acomodadas a las miradas de cada director que las ha
abordado sin que por ello esto haya mermado su valor cinema
tográfico necesariamente.
tográfico necesariamente.
Es un género popular que
tiene su fisicidad y su lenguaje directo, visualmente potente, en el que
el ambiente, el entorno en el que se desarrolla el conflicto y la trama
son de vital importancia, así como las atmósferas diversas que se crean
a través de la puesta en escena, jugando un papel muy importante la
música.
En praderas solitarias y
violentas en las que agricultores y ganaderos se enfrentan en guerras
irreconciliables, en montañas rocosas persiguiendo indios, villanos…, en
cuevas, en salones de juego y tabernas sin nombre llenas de pistoleros,
putas y bandidos, o en fuertes, o en ríos, o en caravanas con ganado,
en barcos, en estaciones de tren, o en protopueblos sin ley ni orden:
ahí vive y late el western.
Los westerns son películas de
aventuras y como tal son perfectas; en muchas ocasiones invitan a la
reflexión moral, indagan en la condición trágica del ser humano o
simplemente nos emocionan por la precisión con la que está mostrados los
sentimientos.
Hay que acercarse sin miedo al western: es emoción, es tensión… hay imágenes que mi inconsciente no olvidará: John Wayne deteniendo una diligencia, James Stewart arrastrado literalmente por el suelo atado a un caball;, Joan Cradford y Sterling Hayden, pareja de amantes reecontrándose después de varios años; Gary Cooper peleando contra sus antiguos compañeros, unos atracadores sin moral ni escrúpulos; Jennifer Jones y Gregory Peck devorándose los labios en un desierto calcinado; William Holden, Ernest Borgnine, Warren Oates y Ben Johnson caminando juntos hacia su muerte en un brutal tiroteo; Clint Eastwood entrando en una taberna buscando venganza a la muerte por linchamiento de su amigo Morgan Freeman… El western es un género imprescindible en la Historia del cine, pero sobre todo es un conjunto de grandes películas.
Desde La Diligencia, considerado el primer western, filmada por John Ford, hasta la reciente Django desencadenado de Quentin Tarantino, pasando por los "spaghettis" de Sergio Leone, este género ha ido sufriendo apreciables transformaciones tanto en forma como en contenido. Las películas italianas (o co-producciones) sobre el tema, demostraron que nada tenían que envidiar al viejo Holliwood, entre burlonas y creativas.
El western clásico iría adaptándose a los nuevos tiempos. El reconocimiento de la discriminación y masacre de indios (Pequeño Gran Hombre, Danza con lobos y otros), la figura del anti-héroe (Los imperdonables, La balada del desierto, por nombrar algunos), la discriminación racial (En nombre del honor, o la reciente Django encadenado) marcan algunas pautas. Los italianos harían algunos films antológicos, como El bueno, el malo y el feo, Giú la testa (traducido como agáchate maldito) y un extraño weatwrn ambientado ...!en Andalucía!, pero excelentemente realizado y lleno de contenido social, hasta llegar a hacer decir a uno de los personajes, un fragmento de un discurso de Buenaventura Durruti...
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