Una Vida Difícil
Domingo 12 de diciembre
Título original: "Una Vita Difficile" (1961)
Dirigida por Dino Risi; con Alberto Sordi, Lea Massari, Franco Fabrizi y otros. (118 min.)
"Vida difícil (Una vita difficile)" es la ambiciosa historia de dos décadas cruciales en la vida italiana, relatada a través de un hombre y sus experiencias tragicómicas en los años comprendidos entre 1944 y 1961. Silvio Magnozzi es un antiguo oficial de complemento, que antes de la guerra había estudiado arquitectura y durante los años de la Resistencia termina por luchar como partisano, con la tarea de hacer propaganda. Al terminar la guerra, Silvio empieza a trabajar como periodista y, mientras es poco más que escritor de mala muerte en un periódico de izquierdas, sueña con una carrera militante en las grandes editoriales. Aparentemente inquebrantable en sus convicciones, su ideario es puesto a prueba cuando tiene que enfrentarse a la vida cotidiana después de la guerra, porque una vez llegada la paz él sigue actuando socialmente en consecuencia con sus principios ideológicos, y ello le conducirá a situarse en una posición en cierto modo desfasada. Así su vida transcurre entre las tentaciones -poco honestas- de prosperar, y sus arranques heroicos, que terminan por estropearlo todo.
Con justicia se reconoce a Dino Risi (director también de "Perfume de Mujer", "Il Sorpasso" y "Los Monstruos" entre otros grandes filmes) como uno de los mejores analistas de la Italia de la posguerra, un país arrasado moralmente por la demencial dictadura fascista. Risi llegó con “Una vita difficile” a uno de los puntos más altos de su carrera, en este retrato de perdedores llevado hasta las últimas consecuencias y sin más misericordia que la propia de quien fue analista de lo cotidiano.
Alberto Sordi, en uno de los mejores papeles de su carrera, encarna a un personaje que recoge la tragedia de quienes tras la Guerra se muestran incapaces de rehacer su vida, de alejar primero y olvidar después las heridas de un conflicto bélico que no se limitó a contaminar a toda una sociedad, sino que penetró hasta el último rincón del alma de los ciudadanos.
Lo acompaña una espléndida Lea Massari, también en uno de los mejores papeles de su carrera, interpretando a Elena, la mujer que lo ama y comparte su vida pero a la vez se cansa del precio que tiene que pagar por su intransigencia.
Triste, con sólo sutiles esperanzas, Dino Risi reivindica la vida y el amor pero no perdona ni olvida. Precisamente son las marcas que deja la guerra el tema central de esta película que relata el recorrido vital de un idealista que opta por las penurias frente a la claudicación.
Momentos como la escena de Sordi completamente borracho escupiendo a los coches y gritando al autobús de turistas alemanes: «¿Qué vienen a ver aqui? ¡No hay nada que ver, es todo un asco, no visiten Italia, quédense en su casa que es mejor!», la cena en la casa de la Principessa -a la cual son invitados sólo para que no sean 13 los comensales-, o la inolvidable escena del final, son dignos de figurar en la mejor antología de la alta comedia cinematográfica.
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