

La más reciente cinta del director Juan José Campanella no le pide nada a las producciones hollywoodenses: cuenta con un gran elenco, el guión es espectacular y la historia engancha a todos los que la han visto.
La genialidad de la película no pasó desapercibida, ni en Argentina ni en tierras estadounidenses, donde se llevó la estatuilla dorada por Mejor Película Extranjera, mientras que en la nación albiceleste logró ser la cinta argentina más exitosa del 2009 y la segunda más taquillera de la historia del cine argentino, con más de dos millones y medio de espectadores.
Campanella, quien ya había gozado de las mieles del éxito con El hijo de la novia de la mano de Ricardo Darín (quien también protagoniza El secreto de sus ojos), supo que podría hacer maravillas con la novela de Eduardo Sacheri La pregunta de sus ojos, así que con la ayuda del escritor transformó la novela en el guión que lo llevaría a la cima.
Con un tema que podría hacer pensar que se trata de una historia de amor, en realidad El secreto de sus ojos es una historia de intriga y de la vida que no fue, de las cosas que se fueron, las personas que no llegaron, las cosas que no se dijeron.
Más allá del obvio enamoramiento entre los protagonistas, la cinta revela esa nostalgia por las cosas que no fueron y por ello recurre a una narración no lineal, mezclando la Argentina de 1974 con la de 1999 en un ejercicio de memoria que hace ver que todo aquello que sucedió (y no sucedió) en el pasado afecta directamente nuestro futuro.
El director fue astuto. Para romper con esta atmósfera cargada de sentimientos, introduce a un personaje único que corta con la tensión y arranca carcajadas en el público: Sandoval, el ayudante, compinche y compañero de Benjamín Esposito, el protagonista. Sandoval es interpretado por el aclamado actor argentino Guillermo Francella.
Como si a la película le faltasen ingredientes para triunfar, la trama es digna de las mejores novelas de detectives, intrigante, no deja un hilo sin atar, se va construyendo poco a poco, mantiene en suspenso en todo momento al espectador quien por momentos cree que ya nada más va a suceder, y cuando se piensa que ya nada más puede suceder, la historia sorprende al espectador con un giro inesperado.
Digna ganadora del Oscar por Mejor Película Extranjera, El secreto de sus ojos es una prueba más de que el cine argentino se ha consolidado y no le pide nada a las producciones millonarias, pues con una buena historia, grandes actores y un buen manejo del lenguaje cinematográfico se pueden conseguir verdaderas joyas. La escena de la persecusión filmada con la cámara en movimiento, en la cancha de Huracan, es para el recuerfo. La crudeza de aquellos años terribles, es para la memoria.
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