Siberiada (AndreiKonchalowski, 1979) LosTiemposEstanCambiando
El film de Konchalowski, sin ser nada del otro mundo, se encuentra entre lo mejor de su irregular filmografía. El caso de su director es bastante peculiar (no olvidemos que en sus inicios trabajó con Andrei Tarkovski y acabó haciendo films como Tango y Cash).
La historia es bien conocida, a principios de siglo pasado, en la montaña dos familias rivales verán pasar el tiempo y sus cambios mientras que sus descendientes seguirán estando en contacto de una u otra manera (la temible guerra pasará desolando paisajes y almas).
El estilo formal de casi todo su metraje (unos 200 minutos) es bastante convencional, pobre en varias secuencias y ligeramente poético y estimable (se nota la herencia de Tarkovski) sin llegar a ser brillante.
No obstante el film se deja ver bastante bien a pesar de su duración, gracias a las buenas actuaciones de sus protagonistas y a la sencillez de su premisa.
Aún siendo muy parecida la historia, no guarda, ni de lejos, la épica de la magistral Novecento de Bernardo Bertolucci (de unos 300 minutos) aunque recuerda bastante durante la función.
Mención aparte merece la banda sonora, que no pega ni con cola, un sintetizador, teclados casi futuristas (entraban los temibles ochenta) con una melodía repetitiva en los momentos clave, metidos con calzador en más de una ocasión, no describe las imágenes que vemos y ha envejecido bastante mal.
En resumidas cuentas, la historia no está mal pero no deja de asaltarnos la duda de lo que hubiese sido si, efectivamente, la hubiese dirigido el autor de La infancia de Ivan.
La historia es bien conocida, a principios de siglo pasado, en la montaña dos familias rivales verán pasar el tiempo y sus cambios mientras que sus descendientes seguirán estando en contacto de una u otra manera (la temible guerra pasará desolando paisajes y almas).
El estilo formal de casi todo su metraje (unos 200 minutos) es bastante convencional, pobre en varias secuencias y ligeramente poético y estimable (se nota la herencia de Tarkovski) sin llegar a ser brillante.
No obstante el film se deja ver bastante bien a pesar de su duración, gracias a las buenas actuaciones de sus protagonistas y a la sencillez de su premisa.
Aún siendo muy parecida la historia, no guarda, ni de lejos, la épica de la magistral Novecento de Bernardo Bertolucci (de unos 300 minutos) aunque recuerda bastante durante la función.
Mención aparte merece la banda sonora, que no pega ni con cola, un sintetizador, teclados casi futuristas (entraban los temibles ochenta) con una melodía repetitiva en los momentos clave, metidos con calzador en más de una ocasión, no describe las imágenes que vemos y ha envejecido bastante mal.
En resumidas cuentas, la historia no está mal pero no deja de asaltarnos la duda de lo que hubiese sido si, efectivamente, la hubiese dirigido el autor de La infancia de Ivan.
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